martes, mayo 16, 2006

El cuaderno de notas
del poeta imberbe
lleva una doble vida.
De día
es el silencioso depositario
del conocimiento sociológico,
nicho ingrato de Durkheim,
de Weber
y de tantos teóricos muertos.
De noche
es la casa de la musa,
ahí vive ella,
su espalda desnuda
y las alas que aún no le encuentro.